4 funciones de la actitud

Funciones de las actitudes

Basado en una extensa revisión de encuestas a empleadores, un análisis concluyó que “la consideración más importante en la contratación y el mayor déficit entre los nuevos trabajadores son las actitudes respecto al trabajo que traen consigo a sus puestos de trabajo.

Cualquier actitud particular puede satisfacer una o más funciones..

La función más importante de una actitud sólo puede determinarse considerándola en relación con la persona que la sostiene y el entorno en el que actúa.

En consecuencia, una misma actitud puede tener propósitos bastante diferentes dependiendo de quién la tenga y dónde/cuándo se vuelva destacada para ellos. Las actitudes difieren en fuerza.

Las actitudes fuertes y centrales se refieren a objetos de actitud importantes que están fuertemente relacionados con uno mismo. Estas actitudes suelen estar relacionadas con valores importantes. Daniel Katz describe 4 funciones de las actitudes.

Función de ajuste

Las actitudes suelen ayudar a las personas a adaptarse a su entorno laboral.

Cuando los empleados reciben un buen trato, es probable que desarrollen una actitud positiva hacia la dirección y la organización.

Cuando los empleados son criticados y reciben un salario mínimo, es probable que desarrollar una actitud negativa hacia la gestión y la organización.

Estas actitudes ayudan a los empleados a adaptarse a su entorno y son la base para el comportamiento futuro. La función de ajuste dirige a las personas hacia objetos placenteros o gratificantes y las aleja de los desagradables e indeseables.

Sirve al concepto utilitario de maximizar la recompensa y minimizar el castigo.

Así, las actitudes de los consumidores dependen en gran medida de sus percepciones sobre lo que se necesita para ser satisfactorio y lo que es castigador.

Función defensiva del ego

La función egodefensiva se refiere a mantener actitudes que protejan nuestra autoestima o que justifiquen acciones que nos hagan sentir culpables.

Esta función involucra principios psicoanalíticos donde las personas utilizan mecanismos de defensa para protegerse del daño psicológico.

Los mecanismos incluyen negación, represión, proyección, racionalización, etc.

Por ejemplo, un gerente de mayor edad cuyas decisiones son cuestionadas continuamente por un gerente subordinado más joven puede sentir que este último es impetuoso, engreído, inmaduro e inexperto.

En verdad, el subordinado más joven puede tener razón al cuestionar las decisiones.

Es posible que el gerente de mayor edad no sea un líder muy eficaz y tome malas decisiones constantemente.

Por otro lado, el directivo mayor no va a admitir esto sino que intentará proteger el ego culpando a la otra parte.

Función expresiva de valor

Mientras que las actitudes defensivas del ego se forman para proteger la autoimagen de una persona, las actitudes expresivas de valores permiten la expresión de los valores centrales de la persona.

Los valores centrales tienden a establecer nuestra identidad y ganarnos aprobación social, mostrándonos así quiénes somos y qué representamos.

Algunas actitudes son importantes para una persona porque expresan valores que son parte integral del autoconcepto de esa persona.

Por lo tanto los consumidores adoptan ciertas actitudes para traducir sus valores en algo más tangible y fácilmente expresable.

Nuestras actitudes de expresión de valores están estrechamente relacionadas con nuestro concepto de nosotros mismos.

Un individuo cuyo valor central es la libertad, puede expresar actitudes muy positivas hacia la descentralización de la autoridad en la organización, horarios de trabajo flexibles y relajación de los estándares de vestimenta.

Función de conocimiento

La función de conocimiento se refiere a nuestra necesidad que es consistente y relativamente estable.

Esto nos permite predecir lo que probablemente sucederá y, por lo tanto, nos da una sensación de control.

Algunas actitudes son útiles porque ayudan a hacer el mundo más comprensible.

Ayudan a las personas a atribuir causas a los acontecimientos y a dirigir la atención hacia características de las personas o situaciones que probablemente sean útiles para darles sentido.

En consecuencia, ayudan a hacer el mundo más comprensible, predecible y cognoscible. Conocer la actitud de una persona nos ayuda a predecir su comportamiento.

Por ejemplo, las personas que no están familiarizadas con la energía nuclear pueden desarrollar una actitud peligrosa y no deberían utilizarla como fuente de energía.

Los estereotipos son otro ejemplo.

En ausencia de conocimiento sobre una persona, podemos utilizar una actitud estereotipada para juzgarla.

Conclusión

Smeets y Holland investigaron la relación entre las funciones de las actitudes y la importancia de las actitudes.

En un estudio de laboratorio, evaluaron la centralidad de la actitud hacia Amnistía Internacional y el nivel de autoestima de los participantes.

En última instancia, estas funciones responden a la necesidad de las personas de proteger y mejorar la imagen que tienen de sí mismas.

En términos más generales, estas funciones son las bases motivacionales que dan forma y refuerzan actitudes positivas hacia objetos objetivo percibidos como satisfactorios de necesidades y/o actitudes negativas hacia otros objetos percibidos como castigadores o amenazantes.

Las funciones en sí mismas pueden ayudarnos a comprender por qué las personas mantienen actitudes.